Desde una visión tradicional, siempre hemos definido la negociación como un acuerdo entre las partes, el conciliar intereses opuestos y que para alcanzarla de forma eficiente requiere la aplicación de estudios, aprendizajes y experiencias.

Las organizaciones, sea cual fuese su naturaleza, funcionan para darle una estructura y orden a la sociedad, al entorno donde nos desenvolvemos. Y siempre desde nuestro ser, tenemos una necesidad básica de fijar esos principios que justifican nuestra existencia y nuestra presencia en la sociedad.

En esa estructura y orden, saber negociar es un elemento fundamental para lograr esos acuerdos necesarios que nos permitan operar y saber qué cosas debemos hacer para que las cosas sucedan enfocándose en lo que se negocia y no en las personas.

Imaginemos por un momento una empresa por ejemplo cementera, que siente que una comunidad afecta sus operaciones porque le bloquean los caminos por donde se maneja la logística entre su fábrica y sus centros de distribución. La comunidad argumentará seguramente que la empresa está contaminando el ambiente o el cauce del río que pasa cerca.

Aquí la negociación será un choque de dos fuerzas que apenas podrá alcanzar unos acuerdos que seguramente una de las partes más adelante romperá y volveremos a tener que manejar el problema más adelante.

negociación

Que tal si empezamos a cambiar esa forma de negociar tan tradicional y aprovechamos la negociación para abrir posibilidades y alcanzar compromisos que beneficien a las dos partes. Se crearía Valor Emergente donde los dos actores (empresa y comunidad) empiezan a ver puntos de coincidencia y logramos solucionar los asuntos de forma efectiva y real.

Entonces ocurre la Negociación Trascendental, esa que en vez de acuerdo nos lleve por caminos para encontrar de forma ingeniosa, una vía que nos aporte una solución al problema planteado.

Pensemos que las negociaciones ocurren siempre, en tu casa, en tu trabajo, en la calle, siempre estamos negociando. Nuestra vida está conformada por una red de negociaciones o conversaciones y el éxito o no del día a día radica en la habilidad de alcanzar compromisos para movernos en torno a un propósito común.

La propuesta de Conversaciones Trascendentales para las negociaciones es expandir el pensamiento y alcanzar compromisos, pero respetando las formas particulares de cada ser y mirando las infinitas formas de realización de cada uno.

Esto se logra poniendo la mirada en 3 aspectos:

  1. Evitar improvisar las conversaciones. Las debemos provocar, de forma rápida y simultánea.
  2. Preparemos nuestra negociación con una visión de “no es mi posición ni la tuya” es una nueva posición la que alcanzaremos donde firmaremos compromisos.
  3. Practicando la escucha activa y formulando las preguntas adecuadas que generen esos quiebres que permitan a través del uso del lenguaje consciente abrir las posibilidades.

Nuestra sociedad está preparada para negociar de forma exitosa, sí. Pero vale la pena hacer la reflexión: ¿Estamos preparados para la negociación trascendental?

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